No es de recibo que en pleno siglo XXI, el siglo de internet y las nuevas tecnologías, miles de vidas de personas con diversidad funcional se vean enterradas en papeles mientras sus derechos fundamentales son vulnerados de forma sistemática.
Las personas con diversidad funcional se consumen en un laberinto burocrático que nos esquematiza con papeles y asfixia todo lo que le es ajeno, individual y vivo.
Supera la política y las relaciones comunitarias. Es el poder anónimo que marchita a lo novedoso los intentos de cambiar y reformar.
Es la máquina de impedir.
Al igual que en Windows hace aparecer un pantallazo azul para alertar al usuario de un error en el sistema, nosotros queremos hacer saltar un pantallazo simbólico que señale a la sociedad que nuestro sistema de burocracia infinita también está fallando y dañando los derechos humanos.
Este juego es una intervención colectiva, fusión entre una Flashmob y la tradicional romería (de disconformidad).
Esta disconformidad se centra, sobre todo, en no admitir la austeridad imperante en las administraciones públicas a la hora de trasladar los derechos humanos de las personas al papel.
Esta supuesta austeridad no impide que diariamente se malgasten cantidades ingentes de dinero público en actuaciones de dudosa utilidad sin que nadie ponga el grito en el cielo por ello.
QUE LA “AUSTERIDAD” NO SIRVA COMO ESCUSA PARA RECORTAR TUS DERECHOS
